Por ejemplo....
Betty es mi tía de 95 años. Vive sola en una pequeña casita en Cajicá. Está casi ciega desde hace más de quince años, es viuda y nunca tuvo hijos.
Cuando me siento triste o desmotivada, aburrida o cansada, yo llamo a Betty.
-“Buenos días, querida Betty, ¿cómo estás, cómo amaneciste hoy?”
-“Buenos días mijita, yo aquí tomándome el chocolatico con una almojábana boyacense que me trajo ayer la vecina y con esa cuajada que le compro a Don Pedro, el señor de la vereda donde tiene la finca Marielita.
-¿El señor que tiene la hija enfermita al que sumercé siempre le ayuda? . Ayy tia Betty yo no entiendo cómo con la pensión mínima además saca para ayudar a la gente.
-Es que ayudar al necesitado así sea con unos pesitos al mes me hace muy feliz Mijita. Y fíjese que Dios me lo recompensa. Por ejemplo me regala estas mañanas soleadas, en las que puedo recibir un poquito de sol y escuchar a los pajaritos.
-¿Y por allá no ha llovido?. Aquí en Bogotá no ha cesado de llover....
-Claro que llueve mijita.. gracias a Dios que llueve. No vé sumercéd que si no llueve se pierden los cultivos. Además yo también disfruto cuando llueve. Me pongo la ruanita esa tan linda que me regaló de navidad, me siento en la sala al lado del radio, pongo música bonita, me sirvo un tecito con leche y con galletas y lo saboreo lentamente, sin prisas de nada. Entonces dígame usted, mijita, ¿Qué más puedo pedirle a la vida?
......
Cuando cuelgo el teléfono sonrío. No me cuesta ningún trabajo imaginarme a la viejecita, con sus ojitos que apenas vislumbran formas, sentada plácidamente al lado de la radio. Es tan auténtica su felicidad por las sencillas cosas que le depara la vida que casi puedo oler el chocolate, que casi puedo escuchar los pajaritos.
Bendecida sea mi tía Betty, Maestra de todos aquellos que con nada nos contentamos, que somos incapaces de disfrutar las pequeñas grandes maravillas del existir.
Juliana Villate Q.
www.julianavillate.com